SESION PERMANENTE de fecha 1º/02/2011

09/Feb/2011

Diario de sesiones de la Comisión Permanente

SESION PERMANENTE de fecha 1º/02/2011

________________________________________________________________Nº  –  TOMO                                                                              1º DE FEBRERO DE 2011         R E P Ú B L I C A  O R I E N T A L  D E L  U R U G U A Y—————————D I A R I O   D E   S E S I O N E SD E   L ACOMISIÓN PERMANENTEPRIMER PERÍODO DE LA XLVII LEGISLATURA—————————6ª  SESIÓN————————–PRESIDENEL SEÑOR RAFAEL MICHELINIPresidenteEL SEÑOR HÉCTOR TAJAM(Presidente Ad Hoc)ACTÚAN EN SECRETARÍA LOS TITULARES HUGO RODRÍGUEZ FILIPPINI , JOSÉ PEDRO MONTERO Y GUSTAVO SÁNCHEZ__________________________________________________________________________________Concurren
el Sr. Ministro de Relaciones Exteriores, Dr. Luis Almagro Lemes; la
asesora señora Graciela García; la señora Directora de la Regional
Asia, África y Oceanía, Embajadora Dra. Martha Pizzanelli; el señor
Director General de Secretaría, Embajador Nelson Chabén; el señor
Director General para Asuntos Políticos, Embajador D. Ricardo González
Arenas; el señor Jefe del Gabinete, D. Francisco Bustillo; el señor
Director de Relaciones Institucionales, Embajador D. Carlos Orlando
Bonet, señor Asesor de la Dirección General de Secretaría D. Alfredo
Cazes.S U M A R I OTEXTO DE LA CITACIÓN.ASISTENCIA. CONVOCATORIA EN RÉGIMEN DE COMISIÓN GENERAL AL SEÑOR CANCILLER ALMAGRO.4) LEVANTAMIENTO DE LA SESIÓN.1) TEXTO DE LA CITACIÓN“Montevideo, 27 de enero de 2011.ra que algunos de sus asesores puedan asistirlo.    Léase por Secretaría la lista de técnicos que el señor Ministro solicita que lo acompañen.(Se lee:)SEÑOR SECRETARIO (Hugo Rodríguez Filippini).- Director
General de Secretaría, Embajador Nelson Chabén; Director General para
Asuntos Políticos, Embajador Ricardo González; Jefe del Gabinete del
Señor Ministro, Embajador Francisco Bustillo; Director de Relaciones
Institucionales, Embajador Carlos Orlando; Asesor de la Dirección
General de Secretaría, Embajador Alfredo Cazés; Directora de la
Regional Asia, África y Oceanía, Embajadora Doctora Marta Pizzanelli; y
señora Graciela García, asesora del Ministro.SEÑOR PRESIDENTE.- Si no hay observaciones, se va a votar si se autoriza el ingreso a Sala de las mencionadas personas.(Se vota:)    –10 en 10. Afirmativa. UNANIMIDAD.    La Mesa propone un breve cuarto intermedio para que los asesores del señor Ministro se integren a la Comisión Permanente.(Así se hace, es la hora 15 y 41 minutos)(Ingresan a Sala los asesores del señor Ministro)SEÑOR PRESIDENTE.- Continúa la sesión.(Es la hora 15 y 44 minutos)–En
primer lugar, la Mesa va a fijar algunas pautas de trabajo. Todos los
integrantes de la Comisión Permanente tendremos 15 minutos para
intervenir, salvo el señor Ministro y el miembro convocante. Los
asesores tendrán el tiempo que corresponde al señor Ministro y podrán
hablar si él los autoriza. El señor legislador Heber comenzará su
exposición planteando inquietudes, luego hará uso de la palabra el
señor Ministro, a continuación nuevamente el señor legislador Heber, y
así sucesivamente hasta que ellos crean que sus inquietudes han sido
expresadas. En ese momento, empezarán a intervenir el resto de los
integrantes de la Comisión, si lo creen conveniente. La Mesa no está
incitando a que se anoten ni mucho menos. Por supuesto que el señor
Ministro o el miembro convocante tienen derecho, en cualquier momento,
a pedir la palabra para hacer alguna aclaración o plantear preguntas
adicionales. Creo que lo mejor sería responder o repreguntar al final,
pero eso lo sabrá cada uno de ellos.    Tiene la palabra el señor legislador Heber.SEÑOR HEBER.- Agradezco
al señor Presidente y a los miembros de la Comisión Permanente que
mediante su voto han hecho posible este llamado a Sala, y especialmente
al señor Ministro, por venir en el día de hoy a hablar sobre un tema
que para nosotros es muy importante: me refiero a la proyección del
país en el mundo. Queremos debatirlo con alguien a quien respetamos
mucho. Creemos que cuando se toman decisiones de este tipo es porque ya
se han pensado, meditado y estudiado. En función de ello, en la tarde
de hoy queremos hacer algunas preguntas al señor Ministro. Advierto
que lo habíamos invitado a la Comisión de Asuntos Internacionales, pero
llegó el receso y, como no había mucha voluntad para celebrar una
sesión extraordinaria, finalmente decidimos convocarlo a la Comisión
 Permanente, de la que somos miembros. En definitiva, vamos a plantear
al señor Ministro varias interrogantes que le pedimos que responda,
porque entendemos que son temas sobre los cuales es importante
reflexionar en colectivo. No
escapa al señor Canciller que gran parte del prestigio internacional
que el Uruguay ha tenido a lo largo de su historia se debe, justamente,
a las Resoluciones adoptadas por Naciones Unidas con aquel gran
Embajador que tuvo nuestro país, Rodríguez Fabregat –aclaro que el
Gobierno de entonces no era de mi Partido–, lo que generó un nuevo
camino en una instancia que, a nuestro juicio, era de paz; ahora no lo
es, pero debería serlo en función de lo que Naciones Unidas hizo en
1947. No quiero ingresar en una discusión de carácter histórico, aunque
a veces, irremediablemente, debemos mencionar algunos hechos. No
obstante ello, señalo que no es mi intención debatir acerca de lo que
ocurrió en Medio Oriente hace cincuenta años. Nos interesan el hoy y el
mañana.   
Debemos confesar que estos anuncios nos generaron sorpresa. Aclaro que
no nos llamó la atención la reunión celebrada el 17 de abril y el
posterior comunicado conjunto del Ministerio de Relaciones Exteriores
que lleva la firma del Canciller Luis Almagro y del Ministro de Asuntos
Exteriores de la Autoridad Nacional Palestina, Riyad Al-Malki. En dicho
comunicado se dice que han decidido formalizar las relaciones amistosas
existentes entre las partes a partir del día de la fecha, para lo cual
establecerán Oficinas de Representación en Ramala y Montevideo,
respectivamente. Asimismo, se agrega que, en una primera instancia,
ejercerán la representación desde sedes en países vecinos, los que
definirán en breve. Es
importante tomar nota de esto, porque en diplomacia las palabras tienen
mucho significado. Prestemos atención a que se habla de “relaciones
amistosas” y no de “relaciones diplomáticas”. Creo que está bien
porque, además, todos los países de la región ya han reconocido a la
Autoridad Nacional Palestina; si no me equivoco, somos uno de los
últimos en hacerlo. Tengamos en cuenta que cuando el Uruguay votó la
Resolución 181 de Naciones Unidas, acordó la creación de dos Estados.
Personalmente, estoy de acuerdo con la existencia de dos Estados: un
Estado judío y un Estado árabe o palestino, como lo es, de alguna
manera, en la  actualidad.  Hablamos del derecho de Israel a ser un
Estado judío y de la necesidad de que se cree un Estado palestino o
árabe. Por
tal motivo, señor Presidente y señor Ministro, nos parece correcto el
comunicado conjunto al que he hecho mención. En realidad, los hechos
sucesivos son los que nos han sorprendido. No sé si además del
comunicado hay Notas Reversales o alguna comunicación y, si así fuera,
me gustaría que el señor Ministro nos lo informara. Si bien tenemos
gente amiga dentro de la Cancillería, no hemos querido recurrir a ella
porque no se trata de realizar una labor de investigación sino que
creemos que lo correcto es tener una charla y que haya una reflexión
colectiva. Siempre es bueno tener este tipo de comunicación y yo la
reclamo para no abandonarla, señor Ministro; me parece muy importante.
Esta es una decisión trascendente. Incluso, como miembro de la Comisión
de Asuntos Internacionales me hubiera gustado que, con respecto al
comunicado, si el señor Ministro no podía concurrir lo hubiera hecho,
no el señor Subsecretario pero sí algún otro allegado a la Cancillería,
de modo de informar los pasos que se estaban dando. Creo que la
comunicación es muy importante. A lo largo de todo este tiempo, incluso
en el transcurso de este Gobierno, hemos aprendido que mejor que
discutir las formas es discutir los contenidos, porque si discutimos
las formas nunca llegamos a discutir los contenidos.    
¿Cuál es la sorpresa? El 3 y el 6 de diciembre, Brasil y Argentina
respectivamente reconocen a Palestina como un Estado libre e
independiente. Naturalmente, están en todo su derecho de hacerlo y,
además, tienen sus intereses. El interés de Brasil en la región es muy
claro. Hizo negocios, tiene intereses económicos y está invirtiendo en
energía nuclear en Irán; también se ha relacionado con Turquía. Brasil
incursionó en el Medio Oriente y tiene una intención de proyección
mayor en cuanto a ser una nación que determine conflictos. ¡Allá ellos!
No nos entrometemos en la actitud de Brasil.    
En el caso de Argentina,  el reconocimiento al Estado Palestino se
verificó tres días después.   El decreto lleva la firma de Cristina
Fernández y de Héctor Timerman y creo que también hace mención a las
fronteras previas a la Guerra de los Seis Días del año 1967. El mismo
día que Argentina sale a decir públicamente que reconoce al Estado
Palestino, insólitamente, acá el señor Subsecretario, es decir, el
Viceministro de Relaciones Exteriores, Roberto Conde,  señala en la
prensa: “Estamos trabajando en la dirección de abrir una representación
diplomática en Palestina, seguramente en Ramala. Así se lo hemos hecho
saber a la Autoridad Palestina, que nos ha visitado ya en dos ocasiones
en el correr de 2010. De modo que Uruguay va a seguir el mismo camino
argentino en 2011”. Luego, las distintas publicaciones dicen: “El
Vicecanciller explicó que ‘es una política coherente con el programa de
Gobierno’, del Frente Amplio”. No tengo a mano el programa de Gobierno
del Frente Amplio –quizás algún compañero frentista pueda hacer alguna
referencia a este respecto– pero creo que habla del reconocimiento de
la Autoridad Palestina y no del Estado Palestino aunque este es un tema
que compete a otra fuerza política y no a la nuestra.    
Estas fueron las palabras del Vicecanciller. Pienso que cuando se ocupa
un cargo en  un Ministerio, si bien hay que cumplir las promesas
electorales, se está representando a algo más que a una fuerza
política, a un círculo más amplio. Naturalmente que hay que cumplir con
lo que se prometió, pero estamos hablando del Vicecanciller.    
Luego se señala en la prensa: “En abril de este año, el gobierno
uruguayo y la Autoridad Nacional Palestina formalizaron ’las relaciones
amistosas existentes entre las partes’…” Y se agrega: “Este gobierno el
año entrante es muy probable que reconozca a Palestina y va a mantener
sólidas relaciones con Irán, porque al país le conviene, porque a su
historia económica y social le convienen”.   
El Subsecretario habla del camino argentino y la primera pregunta que
surge es: ¿no tenemos un camino propio? Es claro que Argentina no lo
tiene, pero allá ellos. Brasil estableció sus intereses en la región y
lo respeto; también es cierto que tiene una comunidad palestina muy
grande, al igual que Chile. Desconozco qué sucede en Argentina.   
Lo cierto es que el señor Subsecretario podía haber utilizado mejores
palabras para explicar una posición. Si él está convencido de que hay
que reconocer un Estado Palestino, no hay que seguir a otro país; se
debe decir que ya se tenía la idea de reconocer un Estado Palestino
porque opinamos de esa manera y no porque seguimos a otro país que tomó
esa decisión. Además, me suena a que se sigue a otro país, que es
Brasil, que tiene su opinión y sus intereses económicos.    
¿Qué tiene que ver Irán con todo esto? ¿Cuál es la conexión del Estado
Palestino con Irán? ¿Se me puede explicar esto? Lamento que no esté
presente el señor Subsecretario. ¿Por qué traer a Irán? Tenemos
relaciones comerciales y económicas. Hace poco hubo un serio
cuestionamiento a una delegación parlamentaria que viajó con el
objetivo de profundizar las relaciones. Se agrega que esto es “porque
al país le conviene, porque a su historia económica y social le
convienen”; estoy de acuerdo que a la historia económica le conviene
pero, ¿a su historia social le interesan las relaciones con Irán? Creo
que, aparentemente, no tienen nada que ver; todos sabemos que en el
conflicto Palestina–Israel juegan muchas potencias y es indudable que
Irán está influyendo en la región, sobre todo, sosteniendo y armando a
grupos guerrilleros que han atacado; eso es sabido.    
No me voy a demorar mucho más porque se trata de preguntas concretas;
quiero respuestas, comentarios y reflexiones que me ayuden a entender
esta situación. Me preocupa la vinculación con el tema Irán; me
preocupa seguir a Argentina –como se afirma en un cable–, a no ser que
esté fuera de contexto. Esto es algo que últimamente ha afirmado el
señor Subsecretario, quien ha dicho que las cosas están fuera de
contexto. Debo decir que sólo cuento con cables de prensa y no con las
palabras exactas del señor Vicecanciller.   
Al poco tiempo de que planteáramos esto, Chile salió a reconocer el
Estado Palestino sin mencionar las fronteras; era el “camino chileno”,
señor Ministro. Está bien, tampoco voy a cuestionar lo que ha hecho
Chile porque no soy quién para hacerlo. Me gusta que un país tenga su
propio camino, no que siga a Brasil o a Argentina; que tenga su propia
opinión acerca del tema. Me parece que es interesante y digno de un
país decir: “frente a este conflicto, mi opinión es esta; es diferente
a otras”. El resultado tal vez sea el mismo; tal vez no, porque
meternos en el tema de las fronteras es involucrarnos en la
negociación; hablar de las fronteras es meternos en el conflicto. No
resulta extraño para nadie –con esto no estoy descubriendo la piedra
filosofal–  que desde que el Estado de Israel fue reconocido y
cuestionado por los países árabes –al punto tal de que se hablaba de
los tres no: no a la negociación, no a la existencia y no a la paz–,
ahora, casualmente, se quiere volver a eso, es decir, en vez de los
tres no tiene que ser los tres sí. Lo que a mí me importa –y creo que
queda claro–  es que la estrategia de Israel para conseguir paz en la
región fue ceder territorio, es decir, a garantía de seguridad y de
paz. Entonces, hablar hoy de fronteras es no ser objetivo frente al
conflicto, pues acá hay una mesa de negociación donde se quieren
garantías de paz y de seguridad a cambio de territorios. Además,
existen otros temas, como el migratorio y el reconocimiento de que
Israel pueda ser un Estado judío, que importan a la historia del
conflicto. En
el caso de Chile, que  tomó su propio camino, hay que destacar que tuvo
una actitud interesante –si bien no las conformó– al convocar a las dos
colectividades. Este país cuenta con una colonia de alrededor de
400.000 palestinos, por lo que la Cancillería convocó a ambas
colectividades, ya que si iba a dar una opinión que internacionalmente
podía pesar, lo conveniente era que no se generara un problema donde no
los hay, pues no existe conflicto entre palestinos y judíos en la
sociedad chilena. De todos modos la colectividad judía no quedó
conforme y quizás la palestina tampoco, en función de que no se habla
de límites. Pero es un buen camino hacer consultas, no es mala cosa
convocar a las colectividades, sobre todo cuando están organizadas, ¡y
vaya si lo están en nuestro país! La mayoría de estos anuncios los hizo
el Presidente de la República en una reunión con la Liga Árabe en el
Uruguay –no sé si es el nombre correcto–, oportunidad en la que también
anunció que se iba a reconocer el Estado de Palestina aunque, en
realidad, no sé si estaba informando o anunciando una voluntad.
Entonces, señor Ministro, es muy importante saber qué es lo que se
reconoce. Por ello, más adelante, cuando lleguemos a la etapa de las
preguntas, voy a citar algunas manifestaciones del señor Ministro
pronunciadas en los meses de diciembre y enero. Cabe aclarar que estas
expresiones fueron más cuidadosas que las realizadas por el señor
Subsecretario a una editorial –estoy seguro que el señor Ministro las
leyó–, que generaron  preocupación en el Comité Central Israelita del
Uruguay. El artículo de esta editorial dice así: “El hecho de que en
una misma frase haya expresado el probable reconocimiento de Palestina
y la voluntad del Gobierno de mantener sólidas relaciones con Irán es
muy revelador y, sobre todo, muy perturbador por la correlación
evidente que parece existir entre ambas intenciones”. Es natural que la
colectividad judía esté preocupada por  las sólidas relaciones con Irán
y su profundización, porque ha sido más que demostrada  la vinculación
de agentes iraníes en los actos de la AMIA en Buenos Aires.  Nadie
 discute eso; es más, Argentina efectuó una acción de denuncia muy
clara en un atentado en donde mataron a miles de judíos. Esto sucedió
acá cerca. Me pongo en el lugar de un judío cuando escucha decir que se
quieren hacer sólidas relaciones con quien perpetró semejante atentado,
acá cerca, en Buenos Aires, matando a mujeres y niños a mansalva en un
acto terrorista sin precedentes. ¿Cómo no van a estar preocupados
cuando se habla de Irán? Creo que muy distinto es que mañana nosotros
tengamos una relación comercial, como la hemos tenido. Pero con
respecto al atentado, hubo pruebas, denuncias internacionales por parte
del Gobierno argentino sobre la participación de iraníes.   
El Comité Central Israelita, frente a las declaraciones del
Vicecanciller, dice: “Entonces Uruguay estaría dispuesto a alejarse del
modelo negociador que han impulsado los países democráticos –Estados
Unidos, la Unión Europea, Rusia–, y las Naciones Unidas”, que es la
reunión de todos nosotros, “para tomar el modelo iraní –que jamás hizo
nada por la paz con Israel sino todo lo contrario, promete borrarla del
mapa– y el modelo árabe, basado en las posiciones tradicionales de la
Liga Árabe que se basan en el rechazo de la resolución 181”. Esta es
una preocupación muy dura, que no tenían los judíos de nuestro país;
están preocupados.   
Entonces, señor Ministro, queremos un comentario suyo sobre esto,
porque no se habla solamente del Estado de Palestina. Y habla, nada más
ni nada menos que quien está sentado a su lado, el señor Vicecanciller.
El Canciller fue más cuidadoso en sus declaraciones formuladas en
diciembre.    
No estoy de acuerdo con lo que dijo el señor Ministro, y me gustaría
discutirlo: “El reconocimiento del Estado Palestino, que Uruguay
formalizará a inicios de 2011”. Ya es un hecho, porque dicho esto por
el Canciller, quiere decir que vamos a reconocer el Estado Palestino;
la pregunta es ¿cuál Estado Palestino? Porque hay dos regiones, señor
Ministro, una gobernada por la Autoridad Palestina y otra, la Franja de
Gaza, que está gobernada por Hamás, movimiento del que han salido los
ataques más duros que han generado, en 2008, la reacción israelí
llamada Plomo Fundido frente a los ataques terroristas que han cobrado
muchas vidas inocentes.   
El Canciller dice: “Para Uruguay esto es una contribución a la paz y es
un elemento importante avanzar en el sentido de algo que ya en el
sistema multilateral todo el mundo está prácticamente de acuerdo”. Me
gustaría profundizar en estos dos conceptos, señor Ministro.   
Más adelante, en otra nota realizada en enero sobre el reconocimiento
en el país, dice: “Pero la posición de Uruguay es una tendencia general
entre varios de los países de América Latina, que en los últimos meses
reconocieron o anunciaron que reconocerán en el futuro al Estado
Palestino, como Brasil, Argentina, Bolivia y Ecuador”. Cabe destacar
que Venezuela y Bolivia rompieron relaciones con Israel; no tienen más
relaciones con el Estado de Israel. Obviamente que están en una
posición más que alineada. No sé si están buscando la paz.    
A principios de enero Chile reconoció a un “Estado libre, independiente
y soberano”. Estamos haciendo esto en base a Resoluciones de las
Naciones Unidas, las cuales nos parece que dan el marco adecuado para
las negociaciones entre los países de manera tal que ellos resuelvan,
explicó el Canciller chileno, señor Alfredo Moreno, lo que no me parece
que esté mal, pero sí considero que es una contradicción.    
En este sentido –palabras más, palabras menos–, nuestro Canciller ha
dicho que hace cincuenta años que estamos en la misma situación. Pues
bien, hace cincuenta años que estamos en la misma situación porque hubo
un Estado que aceptó la Resolución de las Naciones Unidas pero hubo
otros –junto con una liga de países árabes –, que no lo hicieron. No
olvidemos que existen grupos terroristas de la región que están
hablando de exterminio, de tirar al agua, que no dan derecho a nada;
por eso no negocian. Está bien que reconozcamos la Autoridad Palestina
pero no ingresemos en el conflicto ni en la mesa  de negociaciones,
pues a esos efectos  está   negociando   el  Cuarteto  de  Madrid
–también llamado Cuarteto de Oriente Medio y Cuarteto Diplomático–
conformado por Estados Unidos, la Unión Europea, las Naciones Unidas y
Rusia. Ahora bien; en el mes de setiembre se suspendieron las
negociaciones. ¿Por qué? Debido a que la delegación palestina se
retiró, sobre todo porque no quería que se dieran más los procesos de
asentamientos de colonos en territorio palestino, es decir, en la zona
sobre la que se está negociando.    
Como decía, hablar de que hace cincuenta años que se vive la misma
situación cuando el próximo 5 de febrero se va a reunir el Cuarteto de
Madrid para ver si se puede reactivar la negociación, me parece que no
es lo adecuado. Perfectamente podríamos esperar los resultados de esa
instancia sin adoptar una posición que, a todas luces, parece una forma
de intentar lograr cierto objetivo por fuera de la mesa de negociación.
Acá hay un elemento de presión y nosotros nos sumamos. ¿Cuál es? ¿A
quién se está presionando? A los Estados Unidos de Norteamérica para
que no vete la posibilidad del reconocimiento del Estado Palestino y
sobre todo para que se maneje la frustración del levantamiento de las
negociaciones en el mes de setiembre. En todos estos meses no se ha
podido lograr que se reúnan; esperemos que el próximo 5 de febrero
Rusia, Estados Unidos, la Unión Europea y las Naciones Unidas –de las
cuales somos parte–, tomen una nueva senda para las negociaciones.   
Ahora bien;  la única oportunidad en que se dieron negociaciones de paz
fructíferas, ellas fueron de carácter bilateral, con Egipto, hace 30
años, ayudadas, naturalmente, por Estados Unidos que tiene fuertes
intereses en la zona. ¡Y hace 30 años que hay paz entre Egipto e
Israel! ¡30 años! Lamentablemente, ahora no sabemos qué va a pasar con
estos movimientos populares que se han generado, por cierto,  producto
de dictaduras. No podemos utilizar la camiseta de demócratas para
algunas situaciones y sacárnosla para otras. Aquí hay un grupo de
países que no respetan –por lo menos de la misma forma que lo hacemos
nosotros– los Derechos Humanos, nuestras culturas y nuestro sistema de
vida. Para nosotros es esencial que el pueblo vote y elija sus
autoridades. ¡Esto no es poca cosa!   
En lo personal coincidí con el señor Ministro cuando manifestó que el
Ministerio de Relaciones Exteriores y el Gobierno, presidido por el
señor Mujica, hacen especial hincapié en el tema de los Derechos
Humanos. Parafraseando a mi amigo, el señor legislador Abreu, diría:
los derechos humanos y los izquierdos humanos, es decir, todos los
derechos humanos. Si somos coherentes, debemos tener la actitud de
pelear igual en todos los ámbitos, tanto cuando se lapidan mujeres como
cuando no existen derechos. ¿Es  verdad o no? ¿Acaso esto puede
llevarnos a extremar esa posición? No; coincido con algunos señores
legisladores que han expresado que en oportunidad de visitar Irán, se
podría haber levantado la voz ante hechos que para nosotros son
incompresibles, como el que mencioné de una mujer que es enterrada
hasta la cabeza y lapidada, es decir, apedreada por la gente hasta
morir. Sin embargo, una delegación de nuestro país estuvo en esa zona,
y nadie dijo nada.   
El señor Subsecretario habló de “profundizar en lo social”. Pregunto:
¿En qué vamos a profundizar en lo social? Estoy de acuerdo en
profundizar en el aspecto comercial y económico, porque así como no
aceptamos que se entrometan en nuestro país, nosotros no debemos
hacerlo en los otros. Pero, ¿para qué se debe profundizar en lo social
y en lo político? La Cancillería y el Gobierno deberán tener dos
actitudes: ser muy severos con los países occidentales cuando se violan
los Derechos Humanos, pero mirar para el costado cuando vamos a estos
otros países en los que tales derechos directamente no existen, porque
esas civilizaciones chocan con nuestra cultura y nuestra forma de ser.   
Naturalmente, respetamos que se viva de manera diferente a nosotros,
pero no matando a una mujer de la forma en que se hace, sin que tenga
derecho, siquiera, a ser escuchada; si mañana su marido dice que
cometió adulterio, que es una de las formas y uno de los delitos por el
que se mata, la mujer no tiene voz, no es escuchada y, por lo tanto, su
opinión no es válida.   
El hecho de profundizar en lo social me parece difícil, si no
imposible; si se busca ahondar en  aspectos económicos y comerciales,
es diferente.   
Señor Presidente: con relación al Cuarteto de Madrid, el señor Ministro
ha dicho que la decisión está tomada. Pregunto: ¿no vamos a esperar la
posición que adopte el Cuarteto el 5 de febrero? ¿Qué Estado vamos a
reconocer? ¿El de Cisjordania, el de la Franja de Gaza, o el de la
Autoridad Nacional Palestina? ¿Cuál es el límite? ¿Acaso vamos a
incursionar en el tema de los límites?   
Aclaro que no hablo en nombre de otros Partidos, sino del que
pertenezco, porque estoy seguro que no encontraré voz alguna que me
contradiga. Confieso que nos hubiera gustado que se nos consultara e,
incluso, que se discutiera en algún ámbito una decisión de este tenor.
Vuelvo a decir que sobre este tema Uruguay ha obtenido el
reconocimiento internacional, por lo que podemos hablar con propiedad
en el mundo. Ahora bien, los procedimientos de Uruguay no son iguales a
los de otros países.Uruguay
votó la Resolución Nº 181, junto a Colombia y Costa Rica; otros países
se abstuvieron. En esa época, por lo menos, Colombia no era fascista ni
militarista. Y la explicación del voto es muy interesante. Hay que
tener presente la actitud asumida recientemente por nuestro Embajador
en las Naciones Unidas, el Economista Cancela –a quien conozco
personalmente y sé que es un gran Embajador–, con respecto a un informe
elaborado por una Comisión de Naciones Unidas sobre la operación “Plomo
Fundido”. El fundamento es muy interesante y coincido plenamente con el
Embajador Cancela en todo lo que expresó, lo cual no se enlaza con lo
que estamos haciendo ahora. Por
ello, pregunto al señor Ministro hacia dónde vamos; ¿por qué no se ha
consultado? ¿Por qué no se genera en el país un mayor nivel de consenso
entre las comunidades que aquí están representadas? De esa manera se
buscaría un camino propio, que es lo que a mí me gustaría. En una
instancia tan importante para esta región del mundo, la resolución no
tiene que ser la de Chile, la de Argentina ni la de Brasil, sino la del
Uruguay, ya que las soluciones o los planteos de nuestro país en
materia internacional siempre nos han llenado de orgullo.    
Espero las respuestas del señor Ministro, a quien conozco muy bien y sé
que tiene una importante formación y concepción nacionalista. Lo que
quiero en estos momentos es que el país –ya no solo mi Partido– esté
tranquilo en cuanto a que no abandonaremos el camino que se ha hecho,
sino que profundizaremos la posibilidad de que las cosas vayan por un
mejor carril del que han ido hasta ahora.     Por tanto, una vez más digo que espero las respuestas del señor Ministro. (Aplausos en la Barra)(Campana de orden)SEÑOR PRESIDENTE.-
La Barra no puede hacer manifestaciones. Estamos analizando temas
delicados, por lo que solicitamos que se mantenga el silencio para
poder continuar con la sesión y no vernos obligados a finalizarla de
mala manera.     Tiene la palabra el señor Ministro. SEÑOR MINISTRO.- Señor
Presidente: es verdad que teníamos pendiente este intercambio, por lo
menos desde el mes de diciembre, circunstancia que ha sido ajena al
señor legislador y a quien habla; en todo caso, este es el tiempo que
nos han marcado las agendas para poder encontrarnos y discutir el tema
con la profundidad que el mismo merece. De ello surgirá una elaboración
conjunta en cuanto al camino que nuestro país va a recorrer en el
reconocimiento del Estado Palestino. Ese reconocimiento tiene
fundamentos jurídicos y políticos de sobra, pero también es importante
reflexionar en forma colectiva.    
El prestigio internacional del Uruguay tiene un jalón importante en el
voto del señor Embajador Rodríguez Fabregat, que posibilita la
aprobación de la Resolución 181 y la creación de un Estado judío. En su
lectura se reconoce la búsqueda de un camino de paz y de afirmación de
un proceso de convivencia pacífica entre dos Estados: uno judío y otro
árabe. Obviamente, el prestigio internacional del país comienza a darse
mucho antes y continúa después. La
Resolución 181, aprobada en 1947, es en sí misma un elemento muy
importante al que referimos en este reconocimiento, como en su momento
lo hizo Costa Rica, por ejemplo, cuando simplemente se planteó tenerla
por delante y, por ende, efectuó el reconocimiento del Estado
Palestino. ¿Por qué? Porque esa Resolución creaba los dos Estados a que
hice referencia; establecía un mandato sobre una partición, con unión
económica entre esos dos Estados, y procuraba que sus Gobiernos
provisorios afirmaran la voluntad de aceptar la participación que se
determinaba. También instituía un mandato a la potencia mandataria de
retirarse no más allá de agosto de 1948.   
Tenemos sobre la mesa, pues, un elemento jurídico incontrastable: la
creación de dos Estados a partir de la Resolución 181, en la que además
se marcan sus límites.    
Entonces, ingresamos en un esquema en el que conviene ver qué dice al
respecto la teoría general del Derecho. Obviamente, cualquier manual o
tratado vinculado al reconocimiento de un Estado menciona que debe
poseer: un territorio propio, aun cuando sus fronteras no se hallen
perfectamente determinadas; población separada; gobierno constituido y
capacidad para relacionarse con los demás Estados. Ese reconocimiento
no es constitutivo, sino declarativo. Los Estados pueden abstenerse de
tal reconocimiento y hacerlo cuando llegue el momento de entablar
relaciones diplomáticas. No se establece preceptivamente que las
exigencias para la constitución de un Estado –entre ellos, el tema de
establecer y mantener relaciones con los demás Estados– se ejerzan en
ese momento, sino que tienen carácter facultativo.    Todos esos elementos se encuentran cuando se toma la decisión de reconocer al Estado Palestino.   
Podría hacer referencias muy directas a la Resolución 181, que
establece conceptos que todavía son de recibo para un proceso de paz en
Medio Oriente. La paz en la región es imposible de concebir sin la
existencia de dos Estados. Definitivamente, este es un requisito
indispensable –vayamos por izquierda, por derecha, por arriba o por
abajo–, un elemento imprescindible para que esto se pueda asegurar en
un futuro más mediato, más lejano o más cercano.     Voy a guardar cierta linealidad con los planteos del señor legislador Heber. El
señor legislador decía que Uruguay venía atrasado en el reconocimiento
de la Autoridad Palestina; señalaba que éramos de los últimos países en
Latinoamérica en hacerlo, y que eso implicaba una necesidad en materia
de política exterior en el sentido de regularizar relaciones formales
con la autoridad palestina.    
Asimismo, el señor legislador, en su conceptualización, se preguntaba
si había Notas Reversales o algún otro tipo de documento que hubiera
permanecido sin conocimiento público. Obviamente, no es práctica de la
Cancillería suscribir este tipo de documentos y mantenerlos en secreto.
No hay más que ese Comunicado Conjunto en el cual reconocíamos a la
autoridad palestina.    
El señor legislador hablaba, también, del reconocimiento que Brasil y
Argentina realizaron en diciembre y en el mes anterior. Cabe destacar
que esos reconocimientos son posteriores al anuncio que realizara el
señor Presidente de la República en su audición de M24, en el sentido
de que Uruguay  iba a reconocer un Estado Palestino en el 2011. Ese
anuncio fue hecho en octubre de 2010, marcando un camino propio de
Uruguay, teniendo en cuenta los tiempos que habíamos manejado para el
reconocimiento de la autoridad palestina y, definitivamente, poniendo
el énfasis en la necesidad de ser consistentes con los fundamentos
jurídicos y con las consideraciones políticas que amerita el
reconocimiento de ese Estado.   
Por otro lado, el señor legislador Heber analizaba el camino seguido
por Argentina y por Brasil. En realidad, eso me excede y nos excede en
este momento, sobre todo teniendo en cuenta que ese reconocimiento lo
han realizado prácticamente la totalidad de los Estados sudamericanos;
los únicos que quedan pendientes son los de Uruguay y Colombia. Reitero
que los demás Estados ya lo han hecho, algunos reconociendo las
fronteras del año 1967 y otros sin esa mención expresa. Esto marca que
las consideraciones políticas ya están sobre la mesa y, por nuestra
parte, incluso podríamos considerar que, de alguna manera, venimos
atrasados al respecto. Sin embargo, no es así. Me señalan que Chipre
acaba de reconocer al Estado Palestino con las fronteras del año 1967.
El Uruguay se ha tomado su tiempo por considerar que esto ameritaba ser
muy finos en la conceptualización y en lo que debíamos decir en ese
Comunicado; en ese sentido, pues, teníamos que ser especialmente
cuidadosos en lo que señalábamos. En
lo que tiene que ver con la elaboración de este reconocimiento, el
señor legislador señaló, como puntos determinantes y como elementos
fundamentales, si nos íbamos a expresar o no sobre las fronteras y
sobre la existencia de un Estado judío, y también mencionó la necesidad
de convocar a las colectividades. En este camino propio que elegimos
–ya hemos hablado al respecto con el Comité Central Israelita– hemos
discutido en torno a este tema, hemos recibido sus planteamientos y los
hemos atendido porque consideramos que son importantes y que también
tienen fundamentos importantes. Pero la razón por la cual hemos
decidido esperar hasta el mes de marzo para efectuar el reconocimiento
es, justamente, para tener una elaboración jurídica y política más
precisa en cuanto a los elementos que el señor legislador señaló. El
primero de ellos es la existencia del Estado judío, si corresponde o no
incluir ese punto en el reconocimiento al Estado de Palestina. Uruguay
reconoce el Estado judío; la propia aprobación de la Resolución Nº 181
ya implica un reconocimiento y en ese punto nuestro país se ha
mantenido firme. En
cuanto a las fronteras, la Resolución Nº 181 también las marca. Si uno
mira la evolución del mapa, no puede menos que preocuparse. Tengo en mi
poder una ilustración que muestra un mapa en el  que se analiza cómo
han ido evolucionando los territorios, o sea, cómo eran los territorios
árabes en un principio, cómo eran en 1946, cómo fueron de acuerdo con
el proyecto de partición del año 1947, cómo fueron desde 1949 a 1967 y
cómo son a partir del año 2000 hasta la actualidad. Fíjense los señores
legisladores que en principio estas figuras tenían mucho color verde
–que representa los territorios árabes– y ahora tienen mucho color
blanco, que representa los territorios israelíes. Definitivamente, esto
conlleva preocupación porque muestra una evolución en determinada
dirección. Aún no hemos tomado una posición con respecto a incluir o no
una mención a las fronteras, quizás en virtud de un análisis exhaustivo
que hemos hecho relativo a algo que el señor legislador mencionó. Me
refiero a que no queremos ser disonantes en un proceso que tiene su
lógica de negociación; de pronto, si reconocemos fronteras que luego no
estén contempladas en el Estado Palestino que finalmente sea
reconocido, ello implicaría tener que hacer un ajuste en ese
reconocimiento, o que de alguna manera quedara descontextualizado.
Obviamente, querríamos que el Plan de Partición se respetara en todo lo
posible, pero entendemos que existe una lógica de negociación que debe
ser contemplada.   
Usted ha hecho referencia a dichos del señor Subsecretario, Roberto
Conde –persona por la que tengo la más alta valoración profesional y
personal– y quiero aclarar que sobre este punto sólo conozco la versión
de prensa. Lo que hemos hablado con Roberto Conde hasta el día de hoy
condice en un mil por mil con lo que he venido señalando hasta ahora en
mi presentación y también coincidirá con lo que voy a decir en el resto
de mis declaraciones.   
Usted ha hecho referencia también al tema iraní y ha manifestado su
preocupación por algunos asuntos vinculados a los Derechos Humanos y a
requerimientos de la Justicia argentina vinculados al tema AMIA. Quiero
señalar que esos temas forman parte de nuestra agenda de diálogo
crítico y reservado con Irán. Pensamos que acerca de esos planteos
sobre Derechos Humanos siempre tenemos que preguntarnos si corresponden
o no los juicios transculturales. Creemos que esos juicios
transculturales tienen que formar parte del diálogo crítico entre
culturas porque no las perjudica, sino que las enriquece. Insisto en
que eso forma parte de la agenda que tenemos con Irán.   
Quiero señalar que no vamos a romper relaciones con Israel por
reconocer al Estado Palestino. Digo esto porque no lo hicieron en su
momento Bolivia ni Venezuela que, en realidad, rompieron relaciones
luego, por otras circunstancias políticas. Definitivamente, la relación
con Israel para nosotros es absolutamente prioritaria, la valoramos por
encima de todas las consideraciones que estamos realizando y también
forma parte de esto. Las propias autoridades de Israel han señalado que
hoy reconocerían un Estado Palestino si se pudieran poner de acuerdo
sobre los límites. Pero cabe acotar que eso forma parte de una
negociación entre ambas partes. En nuestro caso, sí podemos reconocer
al Estado Palestino porque no formamos parte de la negociación de
límites y de partición; insisto en que podemos hacerlo sobre la base de
fronteras más imprecisas, pero, en el caso de  Israel, definitivamente
no puede hacerlo.   
Por otra parte, se nos preguntó si vamos a esperar cuatro días.
Esperaremos más de cuatro días, porque aspiramos a terminar esta
elaboración en el mes de marzo.
Hemos venido a este recinto con el mejor ánimo de conocer la posición
de todos los aquí presentes y de levantar insumos que, definitivamente,
son importantes para nuestro análisis. Obviamente, como señala un
informe que me acercaron hace un tiempo a la Cancillería, la decisión
de reconocimiento de un Estado es una decisión política en un
determinado momento. Es indiscutible que no se puede cometer la
ilegalidad de un reconocimiento prematuro, pero este no sería el caso
y, en su momento, vamos a tomar la decisión política de reconocer al
Estado Palestino. Cuando decimos que coincidimos con el Embajador
Cancela hacemos lo propio con la Cancillería porque había recibido
instrucciones de nuestro Ministerio. Digo esto porque no hay
Embajadores descolgados en el mundo planteando sus opiniones personales.Creo
que he contestado las inquietudes del señor legislador. Si queda alguna
duda prefiero recibirla acá o podemos seguir discutiendo en cualquier
instancia. Mi agenda está abierta para recibir a todos los que tengan
un planteo para realizar, así como recibo a los uruguayos, a las
uruguayas y a todos los extranjeros que tienen un proyecto de política
exterior o de inserción comercial con nuestro país.SEÑOR HEBER.- Pido la palabra.SEÑOR PRESIDENTE.- Antes
de ceder el uso de la palabra al señor legislador Heber, la Mesa quiere
advertir –porque no lo hizo en su oportunidad– que tanto el señor
Ministro como sus colaboradores cuando hablen tienen que dirigirse al
Presidente. Este es un elemento básico que está incluido en el
Reglamento y que evita situaciones personales que supongo que en esta
sesión no van a suceder, pero la Mesa tiene que estar permanentemente
celosa de su cumplimiento. Está claro que el señor Ministro y sus
asesores no tienen experiencia parlamentaria, pero así lo tenemos que
hacer notar.     Tiene la palabra el señor legislador Heber.SEÑOR HEBER.- No
le voy a sacar protagonismo al señor Presidente; lo voy a mencionar. El
señor Ministro ha hablado sobre el tema de los reconocimientos de
Estado. Justamente, en el Tratado de Montevideo –firmado en una reunión
que se realizó acá– se establecieron los elementos para reconocer a un
Estado, que son los siguientes: primero, población permanente; segundo,
territorio determinado; tercero, gobierno y cuarto, capacidad de
entablar relaciones con los demás Estados.    
No voy a profundizar sobre cuál es la situación del Gobierno porque la
Autoridad Nacional Palestina es reconocida –está bien que así sea– y
nace a partir de un entendimiento de la OLP con el Gobierno israelí en
Oslo. Estamos reconociendo una autoridad para que ella pueda sentarse a
negociar. Eso está bien. El Estado de Israel la reconoce; por lo tanto,
¿cómo no vamos a hacerlo nosotros? No vamos a ser más realistas que el
rey. En este caso, no vamos a ir más allá de lo que, en definitiva,
nació de un acuerdo entre la OLP y el Estado de Israel, que fue un
encuentro bilateral. América Latina no intervino; tampoco lo hizo el
mundo. El
señor Ministro señaló que, antes que Brasil y Argentina, lo anunció por
M24 el señor Presidente de la República, a quien le tengo mucho
respeto. Fue compañero nuestro en este recinto, hemos tenido muchos
debates y también coincidencias –¿por qué no decirlo?–, pero no tengo
que estar escuchando permanentemente esa emisora para saber qué va a
hacer el Uruguay. Considero que no es por radio que el Gobierno debe
hacer sus anuncios. El Presidente puede hacer comentarios de filosofía
y de política que naturalmente, tienen repercusión en la prensa, pero
los comunicados deben ser oficiales y no hechos por radio. Aspiro a que
nuestro Presidente, el que ha elegido nuestro pueblo, se nos dirija más
formalmente y no por radio, que no haya que estar escuchando Radio M24
permanentemente para saber qué está pasando o va a pasar en el país. Si
bien ese es un antecedente para decir que no estamos siguiendo a Brasil
y Argentina –espero que así nos lo transmita el señor Ministro–, me
pregunto: ¿por qué no se convocó a los demás partidos políticos si ya
se estaba pensando en eso? Una resolución del Estado uruguayo es más
fuerte cuando se consigue un apoyo unánime; si no se logra esa
unanimidad, no importa, al menos se buscó. Insisto, pretendemos saber
de antemano y no enterarnos a de qué va a hacer el Estado través de
Radio M24.    
Coincido con la falta de protocolo que en ocasiones existe en el
Gobierno actual; personalmente me gusta que nos encontremos en un
pasillo o que podamos hablar con el Presidente en una Comisión o en el
ambulatorio. Esto pasaba hace muchísimos años en Uruguay y, por suerte,
parece que ahora ocurre otra vez. Como dije, me gusta esa sensación de
que hablar con el Presidente no representa ningún problema, como
tampoco lo es hablar con nosotros o con un Ministro. De todos modos,
para algunas cosas necesitamos un mínimo de protocolo. No podemos
enterarnos por radio cómo nos vamos a relacionar con un Estado o si
vamos a reconocerlo.   
Por otro lado, el señor Ministro dice “atrasados en el reconocimiento
del Estado Palestino”. Coincidiría en que se hablara de que estamos
atrasados en el reconocimiento de la Autoridad Nacional Palestina. Hace
mucho tiempo que deberíamos haberla reconocido. Ahí sí estábamos
atrasados, pero no creo que lo estemos en lo que tiene que ver con el
reconocimiento del Estado Palestino. Es más; ¿cómo nos juzgó el resto
del mundo en 1947 cuando dimos nuestro reconocimiento?  Recordemos que
hubo bastante incomprensión en aquel entonces. ¿Se nos juzgaba como
atrasados? Quizás, sí, pero hoy se quiere volver a esa resolución. No
podemos dejar de tener presente los hechos históricos porque, al volver
a la Resolución 181, debemos recordar que unos la aceptaron y otros no.
En aquella instancia, para conseguir paz una nación tuvo que generar
una política de ocupación –de forma de garantizar su paz– a cambio de
territorio. Entonces, ahora no podemos establecer todo lo que
significó, con sangre, la defensa de su Estado, reconocido por la
propia Resolución 181 –y que generó la posibilidad de expansión–, en
función del ataque que se tenía en los tres “no” que se habían dicho en
aquel momento. Insisto en que no podemos dejar de ver estas cosas.
Volver a lo establecido en 1947 no es lo planteado por otros países
pero sí lo que ha mencionado el señor Ministro en cuanto a las posibles
fronteras de ese Estado. Si mal no recuerdo, en la Resolución 181
quedaron las fronteras por determinar, a negociar. Se establecieron
territorios similares con poblaciones similares pero, reitero –confieso
que no lo tengo presente ni poseo el tiempo suficiente como para buscar
ahora entre mis papeles–, creo que ese aspecto no quedó específicamente
determinado. No hagamos discusiones históricas, pero tampoco dejemos de
ver que en todo este proceso, frente a la Resolución de la Organización
de las Naciones Unidas, unos dijeron “sí” y otros “no”; otros atacaron
a los que, en definitiva, el mundo les había reconocido el derecho a
tener su propio Estado.   
Señor Presidente: me gusta cuando el señor Ministro habla de camino
propio; bienvenido. Quizás sea coincidente con otros, pero espero que
no lo sea con el de Argentina ni con el de Brasil. Tomo su palabra,
señor Ministro: camino propio.   
Como nacionalista, realmente sentiría orgullo de que mi país no
ingresara en la mesa de negociaciones. Para que eso suceda,
naturalmente, no tenemos que hablar de fronteras.  Si lo hacemos, hay
que hablar de Estado judío, de inmigraciones y del reconocimiento del
derecho de un país a ser Estado judío, a lo que tiene todo el derecho
del mundo como nación y como autodeterminación de su pueblo. Si, como
dijo el señor Ministro, lo hemos reconocido y no es necesario decirlo
nuevamente, entonces no nos metamos en  las fronteras porque si lo
hacemos, reitero, tenemos que poner como condición el reconocimiento
del Estado judío que es a lo que tienen derecho como nación.
Personalmente soy partidario de no entrometernos en una cosa u otra,
sino de decir que queremos la paz, que todo proceso en tal sentido va a
contar con nuestro apoyo y que queremos la formación del Estado
Palestino. Ahora bien, no hay Estado Palestino si no hay seguridad. Si
nuestro país mañana estuviera amenazado del otro lado de un río o de un
cerro, defendería a mi país, a mi territorio –por supuesto que sí–,
pero probablemente cedería territorios. El Ministro mostraba mapas y
estos reflejan 50 años de guerra en donde se está demostrando que ha
ganado Israel porque se ha retrocedido. Aclaro que no estoy ni alegre
ni triste por esa situación; no me gustan las guerras. Creo que nadie
quiere las guerras a excepción de algunos fundamentalistas que no
quieren sentarse en la mesa de negociación porque lo que buscan es la
destrucción del otro y no la negociación. El señor Presidente y el
señor Ministro saben, como yo, que en esa zona no es posible abrir una
instancia de negociación con mucha gente;  eso está en su constitución.
En 1928 la Hermandad Musulmana  –que ahora tiene una mayor aparición en
Egipto en función de los movimientos que se están estableciendo– se
formó contra occidente, contra una cultura,  porque en ese entonces aún
no había Estado Judío. También Hamás hace mención a la Hermandad
Musulmana en su Constitución.  Por lo tanto, cuando nos referimos al
territorio no es lo mismo hablar de Cisjordania que de Gaza.    
Entonces, ¿a qué Estado vamos a reconocer? El señor Ministro incursiona
en la posibilidad de generar un reconocimiento de un Estado sin
precisar el tema de los límites, como lo hizo Chile. Esa opción es
mejor aunque no me conforma porque, igualmente, estaríamos
introduciéndonos en el tema y siguiendo la posición de otros países.
Ahora bien, establecer límites implica sentarse en la mesa de
negociación mañana, presionar a una de las partes y tomar partido.    
Tiene razón el señor Ministro cuando dice que los Embajadores no actúan
unilateralmente, como entes autónomos, sino por instrucciones claras de
la Cancillería y, por lo tanto, pondero a la Cancillería por la
instrucción que le dio al Embajador Cancela.  Hubo un informe adverso a
Israel en la operación “Plomo Fundido”, donde nuestro Embajador dijo
que “Uruguay valora altamente el trabajo de la misión de investigación
encabezada por el Juez Richard Goldstone –sudafricano– y respalda su
informe por tratarse de un documento serio, que ha encarado con
objetividad la investigación de los graves hechos ocurridos en el
contexto de la operación `Plomo Fundido´, independientemente de quien
fuera que los perpetrase. En tal sentido, entendemos que dicho informe
requiere un estudio serio y un cuidadoso seguimiento de todos los
elementos en él contenidos. En particular, consideramos que sus
recomendaciones deben ser objeto de un estudio detenido y
pormenorizado, teniendo en cuenta la complejidad de las propuestas, así
como sus posibles efectos sistémicos, cuya profundidad y consecuencias
son difíciles de prever. A juicio de Uruguay, es imperativo que las
partes involucradas hagan las investigaciones respectivas sobre los
hechos que se describen y eviten la impunidad, sobre todo con relación
a violaciones más graves a los Derechos Humanos y al Derecho
Internacional Humanitario”. Nuestro Embajador también ha dicho:
“Hacemos un llamado a la Asamblea General a no politizar un tema tan
serio, en particular con el fin de no afectar las negociaciones en
curso”. Ante esto, me pregunto, ¿cuáles son las negociaciones en curso?
Las del Cuarteto de Madrid, con miras a lograr una solución durable en
la situación de Medio Oriente y a tener un enfoque equilibrado, técnico
y balanceado, con un llamado a todas las partes responsables para que
asuman su compromiso.   
Yo voto dos veces más para que el señor Cancela sea Embajador en las
Naciones Unidas; díganle que lo voto nuevamente, porque él me
representa. Creo que no comulgamos las mismas ideas; al igual que con
Rodríguez Fabregat, que no era de mi Partido, pero ambos me
representan. Quiero que usted, señor Ministro, también me represente…SEÑOR PRESIDENTE.-  Señor legislador, diríjase a la Mesa.SEÑOR HEBER.- Señor
Presidente: quiero que el señor Ministro también me represente. Él es
Ministro de un Gobierno del Frente Amplio, eso es verdad y, así como el
señor Mujica es Presidente de todos los uruguayos, él debe ser Ministro
de todos nosotros. Discutiremos muchas veces, pero en la proyección
internacional un país chico tiene que estar unido porque es como se
siente mejor, como suena mejor su voz; de lo contrario, su voz no
retumba. Históricamente hemos sido grandes por tener una sola voz y
siempre, en el concierto de las Naciones, la opinión del Uruguay  ha
sido considerada con respeto.Quiero
que en esta instancia, tanto el Gobierno como el señor Ministro en
particular –por una serie de consideraciones–, represente más allá de
su fuerza política, la que lo llevó a ser Ministro así como al señor
Mujica a ser Presidente. Creo que allí nos vamos a encontrar. Yo estoy
reclamando que no se abandone la política de diálogo; no digo de
concertación porque soy oposición y el señor Ministro es Gobierno, pero
hay temas que trascienden a los gobiernos. La decisión que vamos a
tomar trasciende a este Gobierno y, seguramente, a los próximos. Son
medidas importantes donde el camino propio es el que vengo a reclamar,
para que se nos den garantías. “Camino propio”, me gustaron estas
palabras. Voy a esperar hasta los primeros días de marzo, con mucha
consideración y esperanza –que se anuncie antes a las primeras figuras
que representan a nuestro Partido, por lo menos–, para que se nos diga
cómo va a ser el camino propio, en qué consiste, cuál será el alcance,
por qué es propio y  por qué no seguimos a nadie, porque Uruguay es y
ha sido prestigioso, justamente, por sus caminos propios.   
Por eso, señor Presidente, agradezco la presencia del señor Ministro
aunque, naturalmente, puede haber otras consideraciones que se sumen a
las reflexiones que he efectuado, las que escucharé con mucha
deferencia. Por mi parte, culmino acá mi intervención esperando algunas
respuestas más del señor Ministro pero, sobre todo, esperando a marzo.
Me gustaría que la resolución ni siquiera motivara un llamado a
Comisión,  pues la vamos a leer, a entender y ojalá podamos coincidir
con ella cuando llegue a este recinto los primeros días de marzo, tal
como se anunció esta tarde.Agradezco
nuevamente la presencia del señor Ministro, adelantando que la Comisión
Permanente no expide resolución alguna en este sentido y, seguramente,
harán uso de la palabra otros legisladores, lo que motivará nuevas
intervenciones por vía de interrupción, en caso de que tengamos que
realizar algún comentario más a los ya expresados en la tarde de hoy.SEÑOR PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor Ministro.SEÑOR MINISTRO.-
Hemos escuchado con atención esta segunda intervención del legislador
Heber y, definitivamente, él ha elegido el camino de encontrarnos  en
la Comisión de Asuntos Internacionales o en la Comisión Permanente para
discutir este tema.  Este tema está planteado desde hace unos meses y
ha implicado un diálogo para el que no hemos estado cerrados con
ninguna fuerza política ni con ningún elemento ajeno al sistema
político, sea ONG, sectores sociales o los directamente interesados, es
decir, el Gobierno de Israel, a través de su Embajada en nuestro país,
o el Comité Central Israelita. Estamos tomando una decisión sobre la
base de elementos objetivos y  sobre cómo los ponderamos mejor.   
El legislador Heber realizó una presentación muy completa de
consideraciones políticas que también son de recibo y sobre las que
hemos tomado debida nota. Con respecto a lo objetivo, se refirió a los
elementos para reconocer un Estado, de acuerdo al Tratado de
Montevideo. Ellos son: población, territorio determinado, un Gobierno
–que señala que existe–, y la capacidad de relación con los demás
Estados. Creo que dejaba entrever alguna crítica respecto a si existe o
no un territorio determinado. Un territorio determinado es algo
diferente a las fronteras perfectamente determinadas, tal como señalé,
recogiendo las palabras de Eduardo Jiménez de Aréchaga. ¿Por qué?
Porque si tuviéramos que esperar que cada Estado tuviera fronteras
especialmente determinadas no podríamos reconocer a China o a Vietnam,
por ejemplo, que tienen unos puntos de territorios contestados que
todavía no están determinados. Tampoco se podría haber reconocido en su
momento a Eslovenia, Croacia o Bosnia, porque tuvieron su territorio
específicamente determinado mucho después. Por tanto, creo que
deberíamos inclinarnos por lo que señala el Doctor Jiménez de Aréchaga
y por el contenido del Tratado de Montevideo: posee un territorio
propio aunque sus fronteras aún no se hayan determinado. Además,
el Gobierno tiene la capacidad de relacionarse con otros Estados. Eso
lo prueban los ciento veinte países que mantienen relaciones con la
Autoridad Nacional Palestina. Esos son los criterios objetivos.    
Otro criterio objetivo es la Resolución Nº 181 de la Asamblea General
de las Naciones Unidas, por la que se crea un Estado árabe y a la cual
dimos nuestro voto. Desdecirnos de eso sería un paso muy atrás en la
historia, no acorde con el prestigio de nuestras relaciones exteriores.
Ese es el acuerdo bilateral a que hacía referencia con la Autoridad
Nacional Palestina. El
señor legislador mencionaba un acuerdo de paz entre Egipto e Israel, o
sea, entre dos Estados. En ese sentido, creo que el reconocimiento del
Estado Palestino va a fortalecer la posibilidad de una negociación en
un pie de igualdad; quizás, a partir de allí se podrá decir que
tendremos un verdadero proceso de paz y posibilidades reales para
concretarlo.   
El señor legislador hablaba de los anuncios y dónde deben ser hechos.
Queremos destacar que los comunicados del Ministerio de Relaciones
Exteriores muchas veces se dirigen directamente a la prensa, porque
reconocemos su capacidad de transmitirlo rápidamente.     No es
necesario escuchar M24 –personalmente, ese día no la estaba escuchando–
para saber inmediatamente hacia dónde se apuntaba o hacia dónde íbamos.
No obstante, considero que ese procedimiento ni siquiera es informal,
pues es la voz del Presidente de la República señalando algunos hechos.
Algunos utilizan la cadena de radio y televisión para transmitir hechos
importantes; el señor Presidente lo hace todos los días, y  algunas
veces se realizan este tipo de anuncios relacionados con temas de
política exterior. Definitivamente, eso no es una informalidad.   
Debo aclarar que dije “atrasados”, porque venimos después de muchos.
Dicho de otra manera, muchos ya han reconocido al Estado Palestino. Es
por eso que dije “atrasados”. Podríamos decir que en este
reconocimiento venimos después de otros países. Obviamente que lo
hacemos  por nuestro propio camino, porque queremos que éste tenga los
elementos más precisos posibles desde el punto de vista jurídico y
técnico-político.   
No es necesario volver a la Resolución Nº 181 antes mencionada, puesto
que la lógica de negociación no puede ser la misma hoy que en esa
época.  Sin embargo, nos interesa señalar que hay muchos elementos en
esa Resolución que, definitivamente, contribuirían al proceso de paz.   
En cuanto al tema de las fronteras, el señor legislador Heber hizo su
planteo y él mismo lo  respondió. Leyendo entre líneas, esa sería
nuestra posición; todavía no está del todo redondeada, pero creo que el
señor legislador ya la intuye.En
mi opinión, debemos tener en cuentas las variables objetivas que se
señalaron y los elementos que son esenciales para el reconocimiento de
un Estado, sobre todo los instrumentos jurídicos que están sobre la
mesa, como por ejemplo las Resoluciones Nº 181 y Nº 242 de las Naciones
Unidas, sobre todo en lo que refiere al rechazo a las anexiones que se
han realizado después de la partición.   
Estamos de acuerdo con lo que en su momento señalara el Embajador
Cancela, aunque podemos ajustar algunas variables en función de nuevas
consideraciones jurídicas. Fundamentalmente, Cancela hacía referencia
al análisis objetivo en temas de Derechos Humanos, con el fin de no
politizarlos; pero cuando se habla de no politizar no se lo hace en el
sentido de sacar la política de estas consideraciones, sino en el de
evitar un manejo superficial de variables políticas de dudosa
procedencia o intención. Más allá de que no consideremos que el Informe
Goldstone tenga esas características, creemos que no es conveniente
politizar el tema de los Derechos Humanos en esa región.   
 Cuando se dice que antes las cosas siempre se hicieron de la misma
manera,  nosotros nos planteamos que se deberían abordar de manera
diferente; y parafraseando a George Bernard Shaw, nos preguntamos: ¿por
qué no?   
Los señores legisladores aquí presentes saben de sobra que las puertas
de la Cancillería están abiertas; en ocasiones me han visitado con
planteos que son, incluso, mucho menos importantes que éste. Desde ya
adelantamos que estamos dispuestos a concurrir a este ámbito las veces
que sea necesario porque, definitivamente, nos gustaría seguir
trabajando sobre las variables que hemos señalado; y, por supuesto, los
insumos que nos quieran acercar al respecto serán bienvenidos. Muchas gracias.SEÑOR VIERA.- Pido la palabra.SEÑOR PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor legislador.SEÑOR VIERA.-
Señor Presidente: creo que este es un tema muy importante para el
Uruguay, para su historia y para lo que ha sido su larga tradición en
política exterior. Confieso que algunos de los puntos que aquí se han
planteado todavía no me quedan claros, por tanto, mi preocupación se
mantiene.   
Sin duda, lo primero que me preocupa es la forma en que un país como el
nuestro, que vive en una realidad de democracia y pluralidad, decide
con qué país va a establecer relaciones diplomáticas o qué Estado va a
reconocer. La Constitución de la República es clara. En ella se habla
de rompimiento y de corte de relaciones con un país, pero no se define
la forma en que se llevarán a cabo nuevos reconocimientos de Estados.
Quizás como el romper relaciones es una potestad que tiene el Poder
Ejecutivo, es decir, la Presidencia de la República, por analogía
podría desprenderse –o podría pensarse– que también a ella le cabe el
restablecimiento de las relaciones, como ya ha ocurrido en el Uruguay.   
En definitiva, creemos que el tema del reconocimiento de un nuevo
Estado no está establecido en la Constitución, y en el ámbito de la
Asamblea General debería darse un debate sobre el particular. Por lo
tanto, en lo personal, quiero insistir en la necesidad de que, antes de
adoptar este tipo de decisiones, tenga lugar un debate en el seno del
mencionado Cuerpo. Tal como está planteada la situación, pregunto si la
Asamblea General no debería opinar sobre el reconocimiento de un Estado
que está en medio de un conflicto, ya no con un vecino, sino con todo
Occidente. En función de ello, tendríamos que indagar sobre un tema del
que aquí se ha hablado mucho y el señor Ministro ha explicado en forma
meridianamente clara: me refiero a lo que necesita un Estado para ser
reconocido. Realmente, ¿Palestina tiene un Gobierno único o más de uno?
¿Qué ocurre con Hamás? ¿Qué autoridad –es una pregunta concreta que
formulo al señor Ministro– le estaríamos reconociendo a ese Estado
Palestino? Todos sabemos qué significa Hamás, no solamente para su
vecino, Israel, sino para el mundo occidental. ¿Quién es Hamás? En su
Carta fundacional, se establece que es el Pacto del Movimiento de
Resistencia Islámica y éste, en el artículo 2º del Capítulo Primero,
expresa: “El Movimiento de Resistencia Islámica es uno de los brazos de
la Hermandad Musulmana en Palestina. El Movimiento de la Hermandad
Musulmana es una organización universal que constituye el mayor
movimiento islámico de los tiempos modernos”. En
función de esto, corresponde preguntarse quiénes son los hermanos
musulmanes e, incluso, cuándo se fundó ese Movimiento. ¿Acaso se fundó
como una reacción a todas las diferencias con el Estado de Israel, y
por el problema de fronteras? No, la hermandad musulmana se fundó en
1928, en Egipto, y sus tres pilares fundamentales son: el proselitismo,
la organización en base a células secretas y el uso de la violencia
para acompañar el proselitismo donde hiciera falta. Ya desde esa época
se comenzaron a perpetrar actos terroristas. Entonces,
¡¿cómo no nos va a inquietar la situación, cuando se está por reconocer
a un Estado que en su región, en su territorio, tiene por lo menos dos
Gobiernos,  y uno de ellos es Hamás?! Queremos que se nos explique qué
Gobierno tendrá este nuevo Estado que estaríamos reconociendo y con
quién está negociando y tratando el Gobierno uruguayo. Esa es la gran
pregunta.   
Por otra parte, ¿qué implica el reconocimiento de ese Estado? ¿Qué tipo
de relaciones vamos a tener? ¿Vamos a tener una Embajada en Palestina?
¿Habrá una Embajada de Palestina en el Uruguay? ¿O son acercamientos y
reconocimientos a un Estado que está en proceso de formación?    
También tengo algunas dudas –que realmente profundizan mi confusión–
cuando se habla de Autoridad y de Estado Palestino. El señor Ministro
expresaba que hay cierto atraso en el reconocimiento de la Autoridad
Palestina. Una cosa es reconocer a la Autoridad Palestina, y ello está
bien –de hecho, Uruguay ya la ha reconocido, y en distintas
circunstancias nuestro Gobierno se ha reunido con representantes de la
Autoridad Palestina–, pero otra cosa distinta es reconocer el Estado.
¿Qué es lo que estamos haciendo? ¿Qué piensa hacer el Gobierno
uruguayo: reconocer al Estado Palestino o a la Autoridad Palestina?   
Se ha dicho que la Resolución Nº 181 de la ONU –así lo dijo el señor
Ministro en forma textual– creó dos Estados. Tengo entendido que dentro
de las posibilidades y cometidos de organismos internacionales como las
Naciones Unidas no figura el hecho de crear o, incluso, reconocer
países. El caso del Estado de Israel fue muy particular, porque allí
hubo una aceptación –como bien lo dijo el señor legislador Heber–, cosa
que no ocurrió con los musulmanes. Incluso, hubo una aceptación por
parte del Reino Unido, quien en aquellos años tenía la posesión del
territorio. Y luego se originaron los reconocimientos bilaterales de
los distintos países o Estados, ya que son estos los que reconocen a
los nuevos Estados y no organizaciones como las Naciones Unidas.    
Entonces, la Resolución Nº 181, que establece el reconocimiento de dos
Estados, uno judío y otro árabe, realmente no los crea. Por tanto, en
una negociación establece una situación de reconocimiento, la cual
luego es perfeccionada por los países. Así que la Resolución Nº 181 no
crea el Estado de Palestina.    
Por otro lado, aquí se ha hecho mención a algunas cosas que,
obviamente, son colaterales, pero van juntas y no dejan de
preocuparnos. Se ha hablado de aumentar el comercio y de un
acercamiento al mundo musulmán; no solo se trata del reconocimiento de
Palestina, sino también del relacionamiento con Irán. Por ello nos
asalta otra pregunta. Estamos de acuerdo con que se aumente el
comercio; comerciamos con todo el mundo, le compramos a quien nos
compra, pero ¿a cambio de qué compromisos? ¿Hay algún compromiso de
Uruguay con Irán y los demás países árabes actualmente en conflicto con
el mundo occidental?    
Por último, el señor Ministro ha dicho que se puede facilitar un
verdadero proceso de paz a partir del reconocimiento de Palestina en
las negociaciones bilaterales; esto lo expresó hace unos instantes.
Pero, ¿podemos creer que vamos a favorecer el proceso de paz a partir
del reconocimiento de un Estado que no reconoce a Israel como el Estado
judío? Palestina ha reconocido al Estado de Israel, pero no como el
Estado judío, lo cual considero que es imprescindible. La base de ese
proceso de paz no está en el reconocimiento de un Estado, sino en
diferencias existentes desde hace miles de años. Es en ese sentido que
debemos tener cuidado con las decisiones que adoptemos y con nuestros
actos soberanos, que trascienden mucho más que un momento y un
Gobierno, pues implica el propio prestigio del Uruguay y, sobre todo,
el futuro de una región y de Occidente.    Nada más. Muchas gracias. SEÑOR PRESIDENTE.- Si el señor Ministro no hace uso de su derecho reglamentario a responder, tiene la palabra la señora legisladora Laurnaga.SEÑORA LAURNAGA.- Señor
Presidente: en primer término, quiero señalar que, hasta donde tengo
conocimiento, la política exterior es competencia del Poder Ejecutivo,
que a su vez tiene responsabilidad ante el Parlamento. Por lo tanto,
este último puede convocar a sus miembros para que den cuenta de tal
responsabilidad y en el medio de esas cuestiones hay diversos
instrumentos a utilizar.    
Destaco que el actual Canciller y su equipo siempre han demostrado una
actitud absolutamente abierta en su vinculación con el Parlamento. Si
bien es cierto que desde octubre conocemos la disposición del Poder
Ejecutivo a reconocer el Estado Palestino, no hubo una reacción tardía
o de las respectivas Comisiones de Asuntos Internacionales  de ambas
Cámaras para convocarlo. Es decir, no se llamó al Parlamento para
informarlo, pero tampoco convocamos al Poder Ejecutivo para mantener un
diálogo bilateral que caracteriza al señor Canciller y que ha
refrendado en esta Casa.   
Deseo señalar, también,  que la política es una cuestión dinámica.
¿Cuántos países integraban la Organización de las Naciones Unidas en
1947? ¿Cuántos hechos han tenido lugar desde entonces? A nadie se le
ocurriría dudar o poner en tela de juicio la legitimidad y la
competencia del sistema de Naciones Unidas, que involucra a nuestro
país y a otros. De alguna manera, expresa también ese proceso de
constitución o de construcción de un sistema internacional democrático
de posguerra, en el que el Uruguay ha pactado –sigue haciéndolo– pautas
y mecanismos de funcionamiento para contribuir a una convivencia global
que, a mi entender, lo orienta.   
Con respecto a algunas palabras del señor legislador convocante, quiero
destacar que este Canciller y su equipo, así como el señor Embajador
Cancela, nos representan muy bien, como lo hicieron también los señores
Ministros de Relaciones Exteriores del Período anterior en el Gobierno
que integro y en el de los Partidos que estuvieron al frente de
Administraciones pasadas, porque han compartido una actitud típica
uruguaya como es la cautela en la toma de decisiones a nivel de
relacionamiento internacional. Eso ha dado lugar a que, en el período
que va desde 1947 a 2011, el Uruguay haya tomado otra actitud con
relación al Estado Palestino. Me parece que si algo ha caracterizado
estos procesos, reitero,  es la cautela.   
El apoyo al proceso de paz en Medio Oriente ha sido, y es, la
preocupación central del Uruguay, como lo han mencionado varios
legisladores. Como país pequeño, promotor de la paz y garante en la
medida de sus posibilidades, ha dado muestras más que suficientes para
merecer el respeto internacional en el ámbito de relaciones tan
complejas como la que se está debatiendo. El Uruguay tiene una vocación
de paz al punto que ha sido, para orgullo de todos, una tierra de
acogida para muchos, para las comunidades judías y palestinas.    
Como dijo el señor Canciller, creo que hay fundamentos jurídicos muy
importantes para entender –se cae por su peso– el reconocimiento de un
Estado Palestino; somos el último país de América Latina en
reconocerlo, con excepción de Colombia, y creo que estamos en el número
118, 119 o 120 en el concierto del mundo.   
El señor Canciller mencionaba los tres elementos constitutivos del
Estado. Uno de ellos es  el territorio, más allá de las complejidades
de la definición de sus límites. Y esto siempre es algo complejo;
nosotros todavía tenemos para dirimir el tema de la Isla Martín García,
además de otros elementos, y nadie duda de que existe Uruguay y
Argentina. Si bien está esa dificultad  para definir los límites, que
se dirimen o resuelven en pactos o, a veces, lamentablemente, a través
de guerras –como quedó claro en este caso–, eso no mengua la
legitimidad de los tres elementos constitutivos del Estado: el
gobierno, el territorio y la población. Detrás de ellos está el
concepto de nación, que es mucho más complejo y que da fundamento a la
existencia de los Estados. En ese sentido, la nación palestina refiere
o remite, como toda nación, a un conjunto de elementos que hoy no vamos
a traer a colación, pero que son mucho más complejos que el territorio,
que el gobierno y sus definiciones, y que la misma población. Esos
elementos tienen que ver con dimensiones subjetivas y objetivas, que
hacen de la nación palestina una realidad inobjetable en el mundo
actual, más allá de las restricciones para definir sus límites.    
El tema del reconocimiento del Estado Palestino creo que no expresa
meramente posturas ideológicas –aunque también las haya detrás de las
posturas de algunos países– sino que se ha transformado en una
condición de convivencia en un mundo globalizado. Me parece que la
prudencia con que la Cancillería ha planteado el tema, de alguna
manera, nos protege de ciertas ambigüedades que pueda tener esta
definición.    
En términos ideológicos, Uruguay es una garantía de pluralismo, aspecto
que me parece importante que quede claro en esta Sala. Hace unos días
hicimos un reconocimiento al Holocausto judío en una sesión especial de
esta Comisión Permanente y hoy estamos discutiendo el reconocimiento
del Estado Palestino, y acompañando la decisión del Gobierno en ese
sentido. Para refundar este pluralismo uruguayo, quería mencionar  que
–según me han comentado hoy en la mañana– el sistema educativo uruguayo
está incorporando a la educación formal lo relativo a la Shohá, que
era una de las cuestiones que se planteaba en la sesión especial. Es un
dato que me interesa señalar porque creo que es un indicador más del
pluralismo con  que trabajamos en esta Sala, en el Parlamento y en el
Gobierno del Uruguay.   
En toda relación política hay intereses políticos y creo encontrarlos
también en algunas de las afirmaciones que hizo el señor legislador
preopinante así como en algunas de las cosas que no se dijeron. Digo
esto porque el discurso se compone de cosas que se dicen y de cosas que
no se dicen. En aras del perfil que le ha dado el Canciller a esta
participación, que es de extrema delicadeza, nos parece importante no
entrar en algunas de las consideraciones que podrían plantearse también
con relación a la complejidad de ese conflicto palestino-israelí, que
tal vez no vale la pena profundizar como, por ejemplo, el tema de la
guerra permanente de la que forma parte Israel, en la que utiliza el
armamento más desproporcionado con relación al de Palestina. Nosotros
no tenemos por qué entrar a cualificar o caracterizar esa situación.
Tampoco hemos hablado acá de los 9.900 presos palestinos en territorio
israelí –el 94% de ellos sin haber tenido delitos de sangre–; no
estamos hablando de los campamentos arrasados ni de la historia
dolorosa que  también hay por detrás.    
Sin considerar las inequidades que hay entre un país y otro, entre una
parte de la confrontación y la otra, queremos simplemente refrendar la
posición de 1947 que sostiene que los dos países tienen derecho a ser.
Y los recursos para ser –me refiero a los recursos lobbistas,
a los políticos, a los económicos y a la estrategia de inserción
internacional– son desiguales; o sea, no podemos negar que existen
fundamentalismos de ambas partes, al igual que los hay en otros
lugares, como en Colombia. Pero eso no hace que dejemos de reconocer la
autoridad del Gobierno de ese país. Lamentablemente,
tenemos que contribuir a superar esos fundamentalismos, reconociendo el
derecho de existencia de estos dos países y, dentro de los parámetros
generales –que son los básicos de los Derechos Humanos–, dejándoles a
ellos y a los aliados la responsabilidad de encontrar los caminos para
poder constituirse en naciones. Quiero
terminar señalando que seguramente haya razones –que tienen que ver con
la globalización, con el concierto internacional de países, con la
racionalidad económica, política y social– como para que después de
cincuenta años estemos avanzando en el reconocimiento del Estado
Palestino y, un pasito más allá, en el reconocimiento de la Autoridad
Palestina, que ya estaba. Como país y como Parlamento nacional seguimos
comprometidos a contribuir, a discutir, a expresar y a manifestar apoyo
a aquellas condiciones que hagan de esta constitución de un Estado una
realidad lo más pacífica posible. Es un problema delicado, una
situación muy compleja, que en algunos momentos requiere jugarse y
tomar decisiones; y no me refiero a jugarse a favor de unos y en contra
de otros, sino a tomar partido y a dar un salto cualitativo en el
reconocimiento de la Autoridad Palestina, que hasta ahora ha asumido la
Cancillería. Muchas gracias, señor Presidente. SEÑOR PÉREZ.- Pido la palabra. SEÑOR PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor legislador. SEÑOR PÉREZ.-
Señor Presidente: voy a ser breve porque ha sido muy larga la historia
de estos dos pueblos y ha costado mucho sufrimiento, sufrimiento que a
veces conocemos de cerca por personas allegadas a nuestro entorno, que
han estado viviendo y trabajando en esa zona y han quedado marcadas por
el hecho de haber tenido que soportar un clima permanente de guerra,
esperando en las noches sentir sonar alguna alarma.    
Creo que lo que pueda hacer nuestro país para contribuir a la paz y a
no tener que dormir con un ojo abierto y los oídos atentos al sonido de
alguna sirena o al silbido de algún obús, me parece fundamental. Este
pequeño paisito con forma de corazón siempre ha latido del lado de la
paz, y siempre ha latido por todos los pueblos considerando a la
humanidad como una sola. Más allá de que los humanos somos bastante
desprolijos, todavía nos queda mucho del espíritu tribal, y a veces
andamos tirándonos cascotes, aunque después nos lamentamos y nos duele,
como nos duelen todos los muertos de guerra, de un lado y del otro.    
En definitiva, señor Presidente, este granito de arena que Uruguay va a
aportar, en concordancia con toda su historia en lo que tiene que ver
con las relaciones exteriores, me parece muy importante, y si ha habido
atrasos, no es hora de cobrar cuentas por esos atrasos, sino de
corregirlos. Creo
que este reconocimiento  de los dos Estados –idea original que sostuvo
este paisito con forma de corazón que latió y se hizo sentir luego de
 una monstruosa guerra, que fue uno de los peores ejemplos que podemos
dar como humanidad– es importante, y en este momento, los pequeños
latidos que pueda dar nuestro país para que esos dos pueblos inicien o
continúen un camino de negociación sin bombas, sin balas y sin muertos,
debe darlos sin apurar el tranco en cosas que deberán resolver entre
ellos –por ejemplo, sobre cómo se fija el límite–, pero contribuyendo a
generar las condiciones para que puedan negociar en un clima distinto,
prestando la fraternidad y el corazón humanista que siempre ha
caracterizado a los orientales.    Es cuanto tenía para decir.SEÑORA SANSEVERINO.- Pido la palabra. SEÑOR PRESIDENTE.- Tiene la palabra la Legisladora Sanseverino. SEÑORA SANSEVERINO.-
Señor Presidente: quería decir unas muy breves palabras.     En primer
lugar, me ha impresionado muy bien el planteo que ha realizado el señor
Canciller en cuanto a concentrarnos en los temas que hacen a la agenda
del reconocimiento del Estado de Palestina. En estos temas delicados,
donde hay muchos conflictos y situaciones bélicas en todo el planeta,
desviarnos hacia otras consideraciones y suponer intereses
manifiestamente malsanos es complicar el debate sobre el cual queremos
avanzar. Sacando apuntes pude concentrarme en los temas que  la
Cancillería y todo su equipo nos han planteado –aprovecho para
agradecer dicha visita por la importancia que se le ha dado a la
reunión–, adelantándonos los contenidos de este reconocimiento.   
Como bien señaló la legisladora Laurnaga –compañera del Frente Amplio–,
la semana pasada estuvimos recordando el día en que se liberó el  campo
de concentración atroz, Auschwitz, que fue el 27 de enero de 1945.  En
mi intervención insistí mucho –al igual que todos los legisladores que
hablaron– en la importancia de la globalización, de los organismos
internacionales y de la comunidad de naciones, para tomar parte en la
resolución pacífica de los temas que aún están sin resolver como, por
ejemplo, los conflictos fuertes en varios países de África, de Europa
Central y de Medio Oriente, entre otros. Me parece que,
desapasionadamente, analizando cómo se va construyendo la agenda sobre
este tema -que es muy complejo y presenta mucha violencia- y teniendo
en cuenta todos los elementos que se han mencionado, podemos concluir
que no puede ser que, en definitiva, estos factores sean lo que
obstruyan el camino de paz que la comunidad internacional quiere
construir. Basta leer los diarios internacionales para saber que este
esfuerzo de la comunidad internacional para avanzar en el
reconocimiento del Estado Palestino existe desde hace años. Digo esto,
porque siempre se le ha dicho a la Organización de las Naciones Unidas
que juegue fuerte en la resolución de los problemas internacionales.
Este es el camino para hacer que los árbitros sean más globales y
colaboren para que haya paz. En cierta medida –soy una buena lectora de
los medios de prensa internacionales–, eso es lo que se difunde en el
Estado Israelí, pero con otras connotaciones en cuanto a quién está a
la vanguardia del proceso de reconocimiento del Estado Palestino.
Entonces, estamos discutiendo sobre otro tema en lugar de debatir sobre
el reconocimiento del Estado palestino. Creo que, pensando en otros
temas que son muy hirientes y tienen connotaciones muy complicadas,
desviamos la atención del asunto para el cual fue convocado a esta
sesión el señor Ministro de Relaciones Exteriores.    
Hago míos todos los planteos de la Cancillería; considero que van en
buen camino y en la sintonía de un esquema internacional que quiere ser
protagonista de esa paz, como bien decía nuestro compañero Esteban
Pérez.SEÑOR MINISTRO.- Pido la palabra.SEÑOR PRESIDENTE.- Tiene la palabra el señor Ministro.SEÑOR MINISTRO.- En
esta sesión se plantearon algunas dudas con respecto a la forma de
llevar a cabo el reconocimiento de Estados. Obviamente, tal como lo
leyó el señor legislador Heber y como lo expresáramos nosotros, esto
pertenece a la órbita del Derecho Internacional. Me refiero a
establecer los elementos para el reconocimiento de Estados, a los que
nos atenemos. Sin duda, no debe ser una decisión unilateral o interna
de un Estado, pero queremos puntualizar que, tal como señaló la señora
legisladora Laurnaga, ésta tampoco debe surgir de la Asamblea General,
pues se trata de una decisión política que, obviamente, se hará sobre
la base de un diálogo político, como ya lo hemos dicho. Nuestra
presencia acá, en definitiva, apunta a favorecer las relaciones entre
el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo a la hora de tomar este tipo
de decisiones.   
En cuanto a la duda de si existen compromisos con Irán o con algún otro
país árabe y si nos van a comprar algo, puedo asegurar que no existe
tal cosa; el reconocimiento del Estado palestino no forma parte de una
cotización en el mercado. De alguna manera nos duele que se entreveren
estas cosas.    
Con respecto a qué Gobierno reconocemos, es obvio que reconocemos a la
Autoridad Palestina. Así lo hemos expresado en el primer semestre del
año anterior y es la Autoridad de Gobierno con el que negocian Israel y
Estados Unidos, y con el que vamos a mantener relaciones diplomáticas
en el futuro. Hay una parte del territorio controlada por Hamás y se
podría considerar si corresponde que los insurrectos sean reconocidos
como beligerantes; creemos que no están dadas las condiciones para
ello. Hay Estados que son reconocidos por Resoluciones de Naciones
Unidas. La Resolución 181 es gráfica con respecto a eso. En su parte
IIA se establece el Estado árabe, en la IIB se establece el Estado
judío y en la IIC, el Estatuto para la ciudad de Jerusalén. Muchas
veces esto ha estado en el ámbito del reconocimiento del Estado árabe y
del palestino, y definitivamente tiene una base jurídica muy fuerte en
esta Resolución. También
se hacía mención al hecho de que la Autoridad Nacional Palestina no
reconoce a Israel como Estado judío. Ante esto debo decir que la
Autoridad Nacional Palestina ha señalado que Israel tiene todo el
derecho de autodeclararse como Estado judío. Eso no necesita un
reconocimiento de Palestina en ese sentido. Del mismo modo, supongo que
Palestina no va a pedir su reconocimiento como Estado árabe.
Obviamente, forma parte de la Resolución 181 y de la tradición de
política exterior del país.    Muchas gracias.SEÑOR PRESIDENTE.-
No hay más oradores anotados, pero el Presidente desea expresar unas
palabras. En tanto no las puede decir desde este lugar y el Reglamento
establece que el Presidente debe ser un Senador de la mayoría, pediría
al señor legislador Tajam que ocupe la Presidencia como Presidente ad
hoc.(Ocupa la Presidencia el señor legislador Héctor Tajam)SEÑOR PRESIDENTE (Héctor Tajam).- Tiene la palabra el señor Legislador Michelini.SEÑOR MICHELINI.-
Señor Presidente: no quería que esta sesión terminara sin dar un enorme
respaldo a nuestro Canciller, no porque lo necesite, sino porque a
veces las palabras brotan de la mente y del corazón, pues uno se siente
orgulloso de la persona que lo representa.   
El reconocimiento del Estado Palestino es un camino propio que el
Uruguay está siguiendo con prudencia y moderación; no estamos yendo a
cobrar al grito. Otros Estados ya lo han hecho pero, insisto, nosotros
lo estamos haciendo con nuestros tiempos. Naturalmente, eso implicará
que en algún momento el Estado uruguayo tome la decisión. A tal fin, se
está conversando con quien se debe hablar, incluido este Parlamento y,
en este caso, con la Comisión Permanente. Si bien la invitación provino
de la oposición, lo rescatable es el diálogo fluido que ha existido y
que se hayan aclarado los puntos que se plantearon. Tengamos
en cuenta que las razones son profundas y sólidas; no hablamos de
razones caprichosas y menos de comercio. En primer lugar, no hay paz si
no hay reconocimiento de que existen las partes. Asimismo, no puede
haber paz entre un Estado y una organización; la paz es entre Estados.
Por lo tanto, el reconocimiento del Estado Palestino es un buen camino.
Por supuesto que Israel no lo ha hecho, ya que va a jugar sus cartas
como tiene que jugarlas. Si yo fuera el Estado de Israel dialogaría,
pero hasta que no hubiera un acuerdo global, en principio no daría
pasos al respecto. También así lo está haciendo Palestina. Es obvio que
quienes son negociadores juegan las cartas como deben. Ahora bien;
quienes estamos ayudando al camino de la paz, debemos decir a unos y a
otros que los reconocemos, que su existencia es válida. De lo
contrario, reconoceríamos a unos y a otros no, y ese no es el camino de
la paz.  Recordemos que Uruguay ha tomado el camino de la paz en muchas
circunstancias, entre las que podemos citar la Resolución 181, de 1947,
cuando era muy difícil decir lo que se dijo y apoyar lo que se apoyó. Y
no solo votamos, sino que tuvimos parte en la obra. ¿Qué reconocimos?
Dos Estados, porque era la única forma de construir la paz. Y eso no se
hizo porque todo estuviera en paz en ese momento, ni de un lado ni del
otro. Hay personas que se consideran héroes de guerra en Israel, que en
aquel momento estaban luchando por su independencia; y, naturalmente,
se luchaba con las armas. El Estado de Israel se conformó, al igual que
muchas independencias e inclusive la uruguaya, con las armas. También
había que tener mucha valentía para reconocer al Estado de Israel y
Uruguay dijo que tenían que existir los dos porque no hay paz si no
existen los dos Estados.    
Hace más de una década –probablemente 12 ó 13 años atrás– tuve la
oportunidad de visitar Israel con otros parlamentarios. Recorrimos
todo, tanto los círculos económicos como políticos, y el tema de la paz
y la relación con Palestina aparecía permanentemente. Puedo contar
muchas anécdotas a este respecto pero voy a referirme solo a la
conversación que los diferentes representantes de la delegación
uruguaya mantuvimos  con un alto Oficial –creo que era General pero no
lo puedo asegurar porque la memoria me puede fallar– sobre el tema de
la paz. Luego, cuando la reunión dejó de ser formal –como ocurre
habitualmente– durante unos breves minutos tuve la oportunidad de
conversar en forma bilateral con este militar de peso, que no llevaba
sus estrellas y condecoraciones porque así lo exigiera el protocolo,
sino por su relevante carrera. Cuando uno habla con una persona que
puede haber perdido a un familiar, a un amigo o a un camarada debe ser
cuidadoso y respetuoso de sus sentimientos, por lo que tímidamente le
pregunté por el reconocimiento del Estado Palestino. Me sorprendió
cuando me dijo que no se trataba sólo del reconocimiento. Le contesté
que no lo entendía y entonces me señaló que no era solamente eso porque
el reconocimiento es de hecho y no se puede sellar la paz si no hay un
Estado.  Entonces, le expresé: “Entonces, hay que reconocerlo” y el
militar me contestó: “Es mucho más que eso. No sólo el Estado Palestino
se tiene que conformar sino que los israelíes tenemos que ayudar mucho
a que haya un Estado, una institucionalidad, una economía que funcione
y salarios que se empiecen a emparejar. ¿Cómo el Estado de Israel va a
convivir a 15 ó 20 metros con otros seres humanos que, aunque no
profesan la misma religión, tienen salarios 3 ó 4 veces menores que los
nuestros? Nosotros tenemos que ayudar para que en esta tierra haya una
gran prosperidad y para eso tiene que haber un Estado”. Insisto en que
no era un hombre cualquiera, era una militar de peso que estaba
permanentemente en la lucha y en el conflicto y quizás en los años que
transcurrieron le pudo haber ido la vida en ello. Lo cierto es que se
necesita un Estado para hacer y construir la paz.    
Por estas razones, al igual que lo hizo toda la bancada del Frente
Amplio, en estos breves minutos quería brindar mi respaldo al señor
Canciller porque creo que está actuando con mucha sabiduría y el estilo
que le está dando al Ministerio es el propio del Uruguay, más allá de
la radio M24 y otras características propias del señor Presidente, que
es el que todos los uruguayos votaron y que sabemos que no vamos a
cambiar. Es así; es su forma de ser, es la manera en que ha generado el
cariño de todos los uruguayos, así como respeto y simpatía.    
Finalizo robando estos últimos minutos al Plenario de la Comisión
Permanente para decir que creo que nuestro Canciller va a tener mucha
más suerte que el ex Canciller Enrique Iglesias. Existe una cierta
relación con la colectividad judía que siempre es muy cuidadosa con
estas cosas –y está muy bien que así lo sea– y, además, todos hemos
aprendido que las cosas son más relativas. En cierta forma las cosas
van en ese sentido, y cada vez que vemos a un Presidente o a una
Presidenta de alguna potencia importante tratando de aunar el diálogo
entre israelíes y palestinos, todos –aunque todavía Uruguay no lo haya
reconocido como Estado– prendemos una vela para que ese diálogo
prospere. Creo, además, que este Canciller va a tener más suerte que el
ex Canciller Iglesias porque cuando éste, creo que en el año 85 o
principios del 86 –me puedo estar equivocando porque uno ya tiene
muchos años y la memoria falla– planteó generar relaciones con China,
lo que suponía toda una complicación e implicaba cortar relaciones con
otro Estado y demás, se generaron las reacciones más duras y
retrógradas en nuestra sociedad. Recuerdo que varios articulistas de
diarios importantes –podemos buscar en la prensa de la época– lo
denostaron, y no porque China no tuviera problemas de derechos humanos,
que también los tiene, aunque sea una sociedad diferente. Lo cierto es
que denostaron al entonces Canciller Iglesias. Hoy nadie se pregunta
qué pasaría si Uruguay no tuviera relaciones con China. Él tuvo
sabiduría –y no es de nuestro Partido– y peleó con algunos de sus
propios correligionarios porque dijo “hay que ir por allá” mientras
otros se preguntaban “¿cómo vamos a ir por allá para tener relaciones
con China?”. ¿Miren si todavía estuviéramos pensando si tener o no
relaciones con China? ¡Todo el tiempo que se habría perdido!   
Creo que el Canciller lo está haciendo bien, lo hace a nuestro tiempo,
merece nuestro respaldo y lo vamos a seguir apoyando. Pienso que no hay
paz si no hay dos Estados; mientras no se constituyan y dialoguen, no
existirá la paz.    Muchas gracias.SEÑOR PRESIDENTE (Héctor Tajam).-  Agradecemos
al señor Ministro y a toda su delegación, así como al señor legislador
Heber, que motivó este encuentro tan fructífero.    No habiendo más oradores anotados, se levanta la sesión.(Es la hora 18 y 6 minutos)RAFAEL MICHELINIPresidente                        Hugo Rodríguez Filippini            José Pedro Montero                                 Secretario                 SecretarioCarmen IdiartegarayJefe Revisor del Cuerpo de Taquígrafos